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En busca de antepasados

Otro escenario de los entrenamientos de Laro, muy ligado a su apellido, es el puerto de San Glorio, un coloso que tiene sus primeras rampas en la localidad lebaniega de Potes, y que se culmina a más de 1.500 metros de altura, después de más de 25 kilómetros de duro ascenso y justo en la línea que separa Cantabria de Castilla y Léon.


En este puerto con un piso recién reformado y antaño muy transitado como buena carretera nacional que es, tiene dos tesoros salidos de las manos de Jesús Otero, escultor de Santillana del Mar que, curiosamente, comparte apellido con el protagonista de la novela, el bueno de Laro, y parentesco bastante cercano con el autor del libro, Víctor.

El primero de los tesoros preside el "Mirador del Corzo" y seguramente sea una de las esculturas más fotografiadas de Cantabria. A lomos de ese corzo de metal se puede contemplar gran parte del Valle de Liébana.


El otro monumento exige un esfuerzo adicional al coronar San Glorio, concretamente un par de kilómetros extra que nos llevan, nada más hacer cima virando a la derecha al Mirador de Llesba, donde luce dominante el "Homenaje al Oso Pardo". Las vistas, indescriptibles.


Laro ha labrado sus piernas en muchos de estos parajes de su Cantabria natal y lo que vamos mostrando es solo un botón de una tierra infinita.

#delamontañaalagloria

#MVP

#cantóndeotero

#cantabriainfinita

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